Diez características de un mal polvo

Por Tutty - 15 Septiembre 2007 | Categoría: Inflexiones

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"Sácamela para que tosa"

Silomón Tolomeo

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Me pasé la noche esperando a que me contestarán un correo. "Perdiendo el tiempo en ese aparato otra vez, me voy a ver la lucha libre, ahora no me vayas a despertar cuando te acuestes". Me gritó desde la habitación aquél... el muy iluso no se imagina que estoy buscándome otro marido por Internet. Éste pelele con el que me toca dormir ya no me dá abasto. Me provoca asco, desde hace tiempo perdí las ganas de coger con él, aunque a veces lo hago como por no dejar... en realidad es como masturbarme con un vibrador de carne... sólo que este ya ni vibra. En todo caso cuando me fuí a la cama le dí un sacudón para hacerle la maldad... se despertó babeando y con su hálito de embriaguez... es que este hombre ya no perdona noche sin borrachera...

Ay! otra vez quejándome, pero es que no puedo dejar de hacerlo, él es el motivo de esta entrada como las demás, ya estoy harta de todo esto. Por eso hoy quiero contarles, desde esta vida triste que llevo, los puntos que me han llevado a pensar que este remedo de hombre a mi lado es el peor de los polvos de este universo.

1. Que no le guste lo que auno le gusta. Si le da asco compartir fluidos de todo tipo, entonces no, no sirve. A mí que me excita sobremanera la fecalofilia, eso me saca de ritmo.
2. Que no se venga y me toque aguantármelo manoseando no más, no qué pereza. Yo que de entrada quiero que me lo metan bien adentro no me voy a andar con jueguitos, ni que todavía lo quisiera.
3. Qué empiece con sus maricadas. Cada vez que se me pega de las tetas como si no lo hubieran amamantado de chiquito me saca de casillas. Qué se vaya de putas, ya me las dejó lo más caídas que pudo, que pare la conchudez.
4. Misionero, misionero y misionero todo el tiempo, ya no lo soporto. Me duermo.
5. Que una esté toda caliente todo el tiempo y a él no le den ganas. Yo sé que ya pasaron mis años de gracia, pero se casó conmigo entonces que sufra las consecuencias. No basta sino con insinuarle la idea de que me baje la calentura para que empiece a gritarme de todo, a tratarme como una cualquiera, no no no, eso ya no lo soporto.
6. Qué me lo encuentre a cada rato pegado del pilín con sus calendarios dignos de pared de taller automotriz. El es mecánico si, pero yo tengo otro significado para la noción de "llevarse el trabajo a casa".
7. La cochinada en exceso. Uñas negras llenas de grasa, pero no le importa. Ya no usa desodorante porque dice que ninguna marca es efectiva para él. Ni que decir de los pieses. En definitiva soy una santa.
8. Que le dé por rezar al terminar de coger. Si después de que se viene lo que me gusta es que se vaya... para el sillón de la sala y poder terminar con mis ejercicios íntimos sola.
   
9. Esa obsesión porque si no es en la cama y en posición horizontal, que no, que no se le mide. Claro que ahí lo entiendo porque el hombre tan flaquito y acabado que está, ya no soporta estos 107 kilos de pura hembra.
10. Que me trate como le da la gana en la calle y que me niegue. Hay que ver cuando vamos por la calle y me pone a caminar a diez metros de distancia, eso es el colmo
    

Hay muchas que dicen que una se divierte con algo más que tenerlo adentro, pero no yo. Yo si soy pura arrechera y me gusta es que me machaquen hasta cortarme el aliento, que ya no tenga ganas de seguir viviendo. Otras dicen que el tamaño no importa, pero eso es pura hipocresía, todas sabemos que entre más grande mejor y estos 7 centímetros de erección ya no me son suficientes, eso era antes de que no conocía Internet y a todos los pajeros desocupados que se me empelotan en la webcam.

La fotico de arriba la agarré de aquí. Claro, sin permiso.

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