Juegos arrechos, en bola

Por Tutty - 7 Septiembre 2007 | Categoría: Inflexiones

"No hay nada mejor que aprender por una misma a atender los asuntos pendientes"

Como bajarse la arrechera

Cuando la calentura me gana, y aquél no logra bajarse de encima, me doy cuenta de que soy yo la que no lo deja. "Mujer, otra vez con esas" me dice el pobre, desesperado. La verdad es que mi "galponcito", como bauticé a mi vagina por esas bobadas que se me ocurren a veces, chupa y chupa... ha de ser por creerme la europea que no necesita depilarse.

Esto ya es cuestión de costumbre, desde chiquita soy así de guarra, no he podido olvidar mi primer romance con un oso de peluche. Ese tema si me gusta y se que muchas comparten conmigo que fue muy rica esa experiencia de masturbarse con los juguetes, es que no saben los hombres como llegamos a ser. Parando la oreja a una conversación entre mis tías Ofelia y Gertrudis, descrubrí que si uno le "pega al peluche" con frecuencia, la cosa le agarra fuerza y es más fácil "encoñar" a los machitos. Ellas decían que les gustaba usar verduras, pero no me daban chance de meterme a la cocina, y además me daban ya un poco de asco las zanahorias, y ni que decir las ensaladas de pepino. Pero yo me daba las mañas y siempre contaba con mis juguetes para probar lo que era chorrearse a los 12 años... después me llevaron al psicólogo porque yo decía que era a causa de pesadillas nocturnas que era incapaz de no mojar la cama. Y me hacía lavar las sábanas.

Ese juicio en el ejercicio diario me ha permitido tener ahora un "galponcito" encoñador. Y cuando quieran se los demuestro. Si alguna quiere probar su fuerza no es sino que se meta un dedo, pero bien adentro, luego frúnzace como en una de esas cuando el colón apremia, si le queda gustando, pues no se abstenga, sígalo haciendo que no hay nada más sano que la masturbación. Si definitivamente no le agrada la sensación, que pesar, no sabe de lo que se pierde. Ah, y lo de probar la fuerza, no sé como se hace, les prometí una fórmula por chicanera. Pero eso sí, a darle duro, todas las veces que se pueda... cómo es de bueno ver novelas con el dedo adentro, o mejor aún, con el molinillito de juguete que aún conservo de aquellos mis primeros días en mi carrera de guarra.

A veces siento que me paso de conchuda... pero no, !que vá! si aquél no me quita estos calores, me tengo que hacer el favorcito yo misma. Este hombre encima de preñarme tantas veces tiene el descaro de rechazarme por los estragos de los partos, que no joda, que yo me basto sola.

Viejos verdes y pubertos calenturientos que leen este blog, cojan oficio... pero nunca dejen de halarse el pilín. Ya saben que esas chicas que están del otro lado de la webcam también se masturban, pero no por ustedes, tal vez es por esos juguetes de infancia que aún recuerdan con deseo. ¿O los conservan como yo?

La foto la agarré de aquí (muchos crédulos aún preguntan si la de las fotos soy yo... ya quisiera una)

Les cuento que a los de blogscolombia no les gustó esté blog y lo borraron de su directorio, eso me parece la más vil censura. Pues ellos se lo pierden, pero igual tendré que hablar de eso.

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