Los cuchos me cortaron los servicios

Por Tutty - 4 Marzo 2008 Categoría: Inflexiones

"Los de su familia son muchos hijueputas, ya me veía venir una de esas" (Aquél, ya sin esperanzas de herencia, sintiendo que ha desperdiciado su vida a mi lado )

Para bajarle a la calentura les voy a contar una de esas de familia. De las peores. Desde chiquita he mantenido agarrada de los pelos con esos que dicen ser mis papás. Siempre sentí que trataban mejor al perro, mi mamá me daba comida de mala gana, se nota que fuí un accidente juvenil. Ahora ellos están viejos y puedo burlarme de ellos y del olor hediondo a viejo que tiene esa pocilga que llaman casa; pero la vejez no les ha negado la opción de joderme a estos decrépitos vejetes, ahora el problema es de plata y ahí si no les cedo nada, no se van a cagar más en mí.

No les había contado esto, como otras cosas que no me convienen pero que algún día cuando haya escasez de arrechera, como ahora, les iré contando de a poco a ver si mantengo mi posición de diva. Nunca me gustó escuchar las babosadas de mi familia, pero tocaba aparentar para cuidar la herencia. Un día de esos de visita rutinaria, les dió porque la plata mía me la iban a dar en un almacén, ¡ah!, tomando decisiones con la plata que me gané con el sudor de mi existencia y con soportar esta familia de desaliñados. Pero eso no es todo; se inventaron que yo era una derrochadora y que iban a poner a administrar el negocito a mi hermano Albeiro, el más degenerado de todos.

Y este domingo fue la tapa. Después de un sancocho intragable de los que hace mi mamá, nos reunieron a toda la partida de bastardos que conforma mi familia. Bastardos de verdad, unos hijos de mi papá y otros de mi mamá, yo soy la única hija de ambos. Ese día procedieron los cuchitos a hacer su última gracia. Así de sopetón, lanzaron la noticia de que nada, pues que estaban quebrados, que siempre no había platica para ninguno, que la habían perdido toda en el mercado de aguacates, y que si queríamos tener algo, lo único que quedaba era el almacén de Tutty, que nos tocaba ahora trabajar a todos ahí, que ni modo de seguir contratando vendedoras, que todos y todas a vender cucos y calzoncillos, y que no más mensualidades para mantener mi ocio. ¡Ah! los muy bellacos. Ya que se mueran, ya qué.

No llego a imaginarme los pensamientos de estos ancianos corrompidos que ya están viviendo tiempo extra. Ya les llegó la hora, ya deberían de dejar de respirar el aire y ocupar los espacios que podrían ser útiles a otros. Me dan risa los muy cretinos de hermanos que tengo si creen que los voy a dejar sacar un quinto de ese almacén, para eso está a mi nombre y Albeirito se puede ir bajando del bus. Me cago de la risa, madrugué a cambiar las llaves de la reja y ya hice vueltas de notaría.

En fin, me supo a mierda este fin de semana, me llenaron la copa. Esa susodicha familia que me tocó no me verá más. Ni crean que les voy a estar visitando otra vez para recibir sus inmundos racimos de murrapos y sus dulcesitos amargos "hechos en pocilga". Ojalá lean esta cloaca, pero que va, si ni saben leer. Mejor imprimo esto y se los mando por correo. Que se jodan, total a mí ya me jodieron.

Muy berraco eso de la familia, ahora no sé que hacer con este puto almacén, si a mi no se me da eso de trabajar ¿qué opinan ustedes desocupados?

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